Quien con niños se acuesta...
Publicado por Anónimo

.. Mojada se levanta! Mojadita, sí, chorreandito... Pero no de gustito.

Y es que hace un tiempo leí algo sobre las pantera, un fenómeno que va en aumento entre las mujeres que sobrepasan los cuarenta (los cincuenta en algunos casos), tipo Demi Moore, Sharon Stone o Madonna, que en un momento de su vida deciden poner un pipiolo jovencísimo a su lado. A los pocos meses, me enteré de una nueva modalidad: las puma (cougar, en inglés). El mismo fenónemo, pero entre las treintañeras, aunque en estos casos, las diferencias de edad se acortan.

Según explicaban los reportajes que leí, el binomio funciona: mujer independiente, con trabajo estable y una economía solvente, segura de sí misma, que lleva una vida libre, sin ataduras, y lo más importante: se conoce a sí misma, sabe lo que quiere en la cama, cómo lo quiere, y disfruta libremente de su sexualidad. Él, joven, no aporta la misma situación vital, pero su sexualidad se encuentra en el momento más álgido, por lo que la satisfacción sexual está asegurada en ambos casos. Evidentemente, estas relaciones en las que el componente sexual tiene un gran peso, carecen de otros fundamentos para establecer lazos a largo plazo, pero si ambos tienen claro su rol, pueden funcionar durante mucho tiempo. Por qué no.

La cuestión es que todo ello me hizo pensar... Uno más joven que yo, FALTI!!

Y no es que me pusiera a buscar un pipiolo desesperadamente, ni que fuera preguntando la edad a todo el que se me presentó antes de llevármelo al catre, ni me lo marqué como objetivo inmediato a cumplir, pero mira, tuve suerte. Pronto apareció en mi vida uno de esos "niños".. Guapísimo, jovencisímo, graciosísimo... "Uff, estoy en racha", me dije a mí misma.

Me tuve que controlar, eso sí. No podía parecer una femme fatale, ni mis manías adquiridas con los años podían revelar mi edad (me la inventé, por supuesto), y tuve que disimular mucho para que no se notara que me moría de ganas de saber lo bien que iba a funcionar el chico en la cama... Así que esperé... A la primera cita, claro.

Ooooooooooooooooohhhhhhhhhhhhhhhhh qué agradable sorpresa para empezar. Voy a obviar el tema preliminares inexistentes, o el "magreo" de los pezones como si fueran los botones del mando de la tele... No, ya tendremos tiempo de hablar de eso en otro post. Fue aún mejor: mi vagina (por ser un poco fina) se había convertido, de repente, en una gran, gran, gran cueva. Y es que yo no lo sabía hasta entonces, pero me caben CUATRO DEDOS!!!! CUATRO DEDOS DE UNA MANO!!! Y ahora pensaréis: "Joder, qué gustazo". Pues no, amigas, no. Os puedo asegurar que esos cuatro dedos ahí dentro, sin ton ni son, no sirvieron para nada. Yo pensaba: "Ya que está, que meta el quinto y haga pleno". Y yo hice ver que me lo pasaba estupendamente, eso sí.

He de reconocer, de todas formas, que en algo tenían razón los mencionados reportajes. Su capacidad física, su ímpetu sexual, estaban fuera de toda duda. Así que decidí darle una nueva oportunidad.

O me la dio él a mí. Porque tras ese primer encuentro, se convirtió en un chatero del tipo I (os hablé de ellos en mi post del día 30 de agosto) y pasaban los días, las semanas, y yo ya no sabía qué hacer para que saliera de su antro, dejara el ordenador, el facebook, el messenger, y decidiera darse otra alegría para el cuerpo.

Hasta que al final tuve que proponérselo yo. No es que me importara, pero bueno, habría esperado otra cosa. En fin, no me enrollo, que quedamos y fuimos a tomar algo.

De repente me ví, en un bar de moda, llenito de tíos buenos, y yo sentada allí, con un niño, muy guapo, sí, pero que me estaba contando lo feliz que era con su trabajo de becario. Y lo pesada que era su madre con el rollo de que estudiara. Tuve un momento de quererme morir. Pero una, que es una mujer de recursos, tuvo una inspiración: mujer fácil = mentalidad masculina. Y entonces recordé todas las cenas, todas las copas, todos los rollos que habían aguantado mis ex antes de poder llevarme a la cama. Y decidí esperar. Y aguantar. La recompensa valdría la pena.

Pero he de deciros, amigas, que ese día mi sorpresa fue más grande que la de descubrir que mi vagina es una gruta. Cuando me dijo que quería ir a su casa, me volví a emocionar, "sigo en racha jejeje", pero al llegar a su portal: "Gracias por invitarme, gracias por venir, gracias por estar ahí, ya nos vemos otro día, nos llamamos un día de estos, chateamos.." Me quedé muerta!!!!

Me voy a ahorrar los detalles de cómo me sentí en ese momento. Sólo os diré que tonta es lo más fino que me dije a mí misma... Con todo lo que había aguantado yo esa tarde!!! Y resulta que el niño sólo quería pasar una tarde "divertida"... Y en el concepto de diversión de un crío no entra el sexo, claro.

Pero pronto dejé de sentirme idiota y no pude más: "Pues mira niño, que te cuide tu madre!!. Que yo aquí he venido a hablar de mi libro, c..."

Aunque os confieso una cosa. Durante los cinco días siguientes pensaba: "Pequeñines, no gracias". Pero ahora... Voy loquita por encontrar otro de esos!! :))

martes, 7 de septiembre de 2010




Etiquetas:
,
,

0 comentarios:

Labels

Labels

Labels

Labels