Va por todas nosotras

Hoy me he levantado con el equivalente a un buen propósito para el año nuevo en la cabeza, solo que un par de meses más tarde. Más vale tarde que nunca, dicen.

Pues bien este propósito consiste en no permitir que más retrasados emocionales entren en mi vida (o si entrasen de forma temporal o esporádica, que no la desestabilicen). El subpropósito es que además, en el caso remoto (juas!) que lo consiguieran… me propongo no engancharme irremediablemente a ellos. Creo que será una ardua tarea ya que 1) cuando alguien entra en tu vida no sabes si se trata de un retrasado emocional o no y 2) es difícil controlar a lo que te enganchas…si no fuese así, no me habría enganchado antes (digo yo). Básicamente porque cuando te das cuenta de que estás enganchado ya es demasiado tarde… Pero, ¿quién dijo fácil?

La experiencia me ha demostrado que este tipo de individuos (también existe la versión femenina eh…que no se ofenda nadie, pero como soy mujer, me afecta la versión masculina) tienden a no aportar nada a tu vida, se instalan en plan ermitaño, básicamente le importas 3 pitos y te desestabilizan. Lo peor es que eres plenamente consciente de ello y sabes que tarde o temprano va a terminar porque esta persona no tiene ningún sentido en tu vida, pero aún así, por alguna mierda irracional, te has enganchado (que no enamorado) y te sientes gilipollas. He intentado ir más allá y entender el porqué me he enganchado alguna vez a semejante elemento y la respuesta es (o creo que es): no hay nada mejor. Es triste, sí…pero sería similar al que sigue casado con alguien con quien nunca debería haberse casado y es plenamente consciente de ello, pero por miedo al cambio, o a no encontrar nada mejor, no hace nada para cambiar su situación.

Por suerte para nosotros los solteros, es bastante más fácil perder de vista a esa persona que tomar la decisión de separarse, en caso de estar casado…pero aún así, a veces es difícil y necesitas que te den 45 sartenazos para reaccionar y pensar: ¿ qué coño hago yo con una persona así? Y abandonar esa tortura. O, lo más efectivo, que sería cuando el retrasado emocional decide prescindir de ti porque oooooooooh milagro!!!!!!!!! Se ha enamorado! Esta opción es realmente una putada pero es la más efectiva. Creedme.

Así que por favor, retrasados emocionales del mundo quitaros de mi camino.

Estamos en esa época del año en que doy gracias (solo durante un par de días) por no tener novio: un regalo que me ahorro (y lo peor, las horas y horas del jodido “que le compro”: cartera le regalé el año pasado, colonia aún le queda, cinturón se lo compra su madre…). Pero también es esa época en que tienes que ver a tu familia más de lo habitual; incluso tienes que ver a tíos o primos a los que solamente ves el día de Navidad (o en las BBC - bodas, bautizos y comuniones - ).

Te pones estupenda, te sientas a la mesa con toda la familia dispuesta a disfrutar de la comilona navideña y de repente, alguno de tus familiares o (incluso peor) alguno de sus consortes sueltan aquello de: ¿Bueno qué, aún no tienes novio? A ver si se te pasará el arroz…

Querido cuñad@/ti@/prim@ (tus padres/herman@s NUNCA te lo preguntaran en público): ¿Quién te ha dado el derecho a meterte en mi vida? Acaso te pregunto yo a ti: cuantas veces follas a la semana, si alguna vez le has sido infiel a tu pareja, si te gusta más encima o debajo, si te has planteado hacerte una lobotomía…NO, porque las personas educadas no se meten en la vida de los demás.

Con el paso de los años, mis familiares ya no me preguntan…saben que el día que tenga algo que comunicarles, lo haré y si ese día nunca llega, mientras ellos me vean feliz, no hay novio que importe. Y no es que no tenga novio porque no quiera o porque no me soporte nadie…sino porque como dice la madre de una amiga: “Lo que viene no conviene. Y lo que conviene, no viene”.

Así es que estad preparadas estas fiestas por si tenéis la suerte de contar con un metomentodo graciosillo sentado a la mesa. Y para ilustrar esos grandes momentos navideños, os dejo una canción de Love of Lesbian titulada “Villancico para mi cuñado Fernando”.

¡¡¡ FELIZ NAVIDAD!!!!

Este post está dedicado a A.B.

Pues sí amigas, parece que los hombres han adoptado la frase del arquitecto Mies van der Rohe “menos es más” y están en modo minimal.

Todo funciona hasta que haces más de la cuenta. Esa delgada línea no hay que cruzarla si no quieres sentirte como una perfecta gilipollas. El problema es que esa delgada línea no sabemos dónde cojones está. Y una vez la has cruzado, es muy difícil volver a la casilla de salida.

Conoces a alguien, te caes bien, quedas y te conoces mejor. Incluso puede que te acuestes con él, y que sea una actividad recurrente. No te preguntas ni le preguntas que sóis, no le mandas 300 sms al día ni le “megusteas” todo lo que cuelga en su muro del Facebook. Os váis viendo, pero sin ningún tipo de compromiso de por medio. No le pides nada a él ni él a ti. Bien.

De repente un día le mandas un sms o lo llamas (eso que llevas haciendo hace uno o dos meses, vamos) y por alguna razón que se te escapa, no responde a tu sms (no, no le has pedido en matrimonio, simplemente le has preguntado si le apetecía tomar algo, o veros o ir a algún lugar…) y no responde al teléfono ni te devuelve la llamada.

Entonces piensas, bueno…ya responderá o ya llamará. Responde 3 días tarde a tu sms (uy no lo había visto…ejem…excusa patillera dónde las haya) o simplemente no responde. Ni llama. Mal, lo hemos perdido. Hemos cruzado esa delgada línea.

Lo peor de todo es que una vez aceptas el hecho de que un tio pierda interés en ti sin darte una explicación…un mes más tarde recibes una llamada o un sms del tipo: “Hola que tal? Nos vemos para tomar algo?” Simplemente no lo entiendo…no entiendo que igual como pierde el interés en ti lo recupere…pero aún entiendo menos que le digamos “OK, donde y cuándo”. Si es que no aprendemos… :-)

No es que lleve el velo en el bolso y esté deseando comprometerme o casarme pero no me considero alérgica al compromiso. El compromiso forma parte de nuestras vidas: en el trabajo, con la familia, con los amigos… Pues bien, hay una nueva ola de los que se autodenominan alérgicos al compromiso, y con la suerte que me caracteriza, alguno se ha cruzado en mi vida. Lo peor de todo no es que lo sean, sino que se lo creen pero a la hora de la verdad: nasti de plasti.

Conoces a alguien y estáis a gusto. Te ves, digamos, más de tres veces y llega el momento en que te sueltan: “es que yo soy alérgico al compromiso” (que sería una traducción de: “no quiero nada serio contigo”). Aaaaaaaaaaah vale. Pues nada seguimos viéndonos, follando y estando a gusto y tan felices. A mi esta opción no me parece mal, pero solo cuando realmente es cierta.

Pones el chip de “este no quiere nada con nadie, le da miedo el compromiso” y ¿qué te encuentras? pues que con el tiempo el pavo te dice: me parece que entre nosotros falta algo, esto no acaba de cuajar y bueno, he conocido a una persona que me gusta bastante y creo que podría acabar en final feliz (eso si eres una suertuda y puedes disfrutar de este inútil ataque de sinceridad). Pero vamos a ver, ¿tú no eras alérgico al compromiso? O igual dejaste la frase a medias: “Soy alérgico al compromiso contigo”.

En mi trabajo me han enseñado que es muy importante dejar bien claras las expectativas para que tus clientes no se sientan decepcionados. Mis expectativas, en general, son tirando a altas; pero según mi amiga A. esa actitud, en cuanto a hombres se refiere, muchas veces es un error, pues conduce a una decepción tras otra.

Yo no lo tenía claro, tener las expectativas bajas de entrada es pensar en negativo, negarle el de confianza a la gente, subestimarlos.

Pues bien, mi amiga A. me lo explicó usando como ejemplo algo que le pasó a una amiga suya. Su amiga, felizmente casada o en pareja le dijo un día:

Amiga: Tia, hoy mi marido/novio me ha dicho que me va a preparar la cena (obviamente partimos de la base que nunca lo hace).
A.: ¡Uy que bien! ¿Y qué va a cocinar?
Amiga: Pues me ha dicho que ensalada de pasta.
A.: Muy bien. Ya me contarás.

La amiga de A. emocionada, se puso a pensar como sería la cena: un buen vino, una ensalada de pasta fresca (fusilli, farfalle…) con tomatitos cherry, queso de cabra, frutos secos, una buena vinagreta y con un poco de suerte velas. Pues bien, al día siguiente mi amiga A. recibe una llamada:

Amiga: Hola.
A.: ¿Qué tal? ¿Cómo fue tu cena ayer?
Amiga: Bueno… bien…
A. : No pareces muy emocionada.
Amiga: ya..es que la ensalada de pasta fue espagetis con lechuga.

Cuando A. me lo contó me descojoné, no me lo podía creer.

Con el tiempo, lo he podido comprobar. Cuando he conocido a alguién, A. me ha visto emocionada y me ha dicho: “recuerda, pequeño saltamontes: espagetis con lechuga”. Pero es que yo no lo puedo evitar, me ilusiono con las cosas y entonces viene el momento en el que me llevo el gran hostión: tienes una cita, parece que ha ido bien y nunca más sabes de él, mandas un mensaje a algún pájaro que te ronda y no responde, quedas para ir a tomar algo con un tio que te mola, y te llama para dejarlo para otro día y ese día nunca llega…

Me resisto a pensar siempre en los espagetis con lechuga…pero la mayoría de las veces me pasa como a la amiga de A. y me los tengo que acabar comiendo para cenar, y encima poner buena cara.

Este va a ser el post más corto de mi historia como bloggera. Porque lo bueno, si breve, dos veces bueno. Una gran frase del refranero español que más de uno (y más de diez, y más de cien, y más de mil..) debería tatuarse en la espalda.

Porque los hombres deberían también saber a estas alturas que no, que más rato no significa más orgasmos. Que alguien les diga que cuatro, cinco horas con el dale que te pego, con el venga a empujar, sólo nos provoca una cosa: escozor.

Entendemos que el fabricante de Vaginesil tiene derecho a existir... Pero nos gusta más acordarnos de ese polvo porque aquel día tocamos el cielo, y no porque una semana después aún veíamos las estrellas... Verdad que sí, chicas?

Así es como yo procuro hacer las cosas... De frente y por derecho. Y eso es precisamente lo que espero de un hombre. Que haga las cosas con la hombría y con la valentía que se le presupone sólo por el hecho de tener un par... de cojones!!!

Vale, me diréis que esta es una visión demasiado "prehistórica" del macho, que las cosas han cambiado, que con la independencia de la mujer todo es mucho más natural... Pues os digo yo que no. Que como ellos no entienden que la mujer se haya liberado, ahora son como el perro del hortelano, ni comen, ni dejan comer.

Así que por favor, hombres del mundo... ¿podéis abrir un poquito vuestra mente, o es mucho pedir?. Porque está muy bien todo eso de "a los hombres les gusta que la mujer lleve la iniciativa". Sí, sí. A cualquiera que le preguntes te dirá que sí, que a él le encanta. Y yo digo: Y una mieeeeeeeeeerd..........".

¿Lo habéis intentado, amigas? No me refiero a que cuando tienes una pareja más o menos estable, seas tú la que busca ir a la cama... No es eso. Porque sí, ya lo sabemos, eso les gusta. Mucho.

Yo estoy en otro contexto. En el de una mujer, independiente, libre, segura de sí misma (en resumen, todas nosotras) que decide, en un momento dado, que un tío le gusta, y que no va a esperar in eternum, a que él se decida a atacar. Porque a estas alturas, la paciencia es un lujo que no nos podemos permitir. O en el de aquella que ha aprendido a pedir lo que quiere. Así de simple.

Y yo lo he puesto en práctica algunas veces, en distintas situaciones. En la discoteca, con algún amigo, con algún rollete...

En la discoteca, la sorpresa llega, primero, entre las propias mujeres. "Pero qué morro tienes, tía", te dicen. Pues mira, tendré morro, pero mientras tú esperas que el de al lado te diga algo, yo he multiplicado por 2 mis opciones de irme a casa acompañada.

Pero aaaaaaaaaahhhhhh.... Se multiplican por dos con la misma rapidez que se dividen por 0. Porque claro, ellos se acojonan. Porque pierden el control de la situación. Porque el macho no domina. Porque no es él el que hace todo lo que le han enseñado que tiene que hacer para ligar. Y porque, claro, ésta sí que tiene un par.

A uno, en la discoteca lo señalé con el dedo y le dije: "Tú hoy te vienes conmigo". Y sí, vino, pero no os voy a contar cómo acabó la cosa. Me da para otro post, para descojonarse de risa.

Pero también te puede pasar con el amigo que te mola, que parece que hay feeling, pero él no se acaba de decidir. Pues yo, hartita ya de disimular, a uno le puse una nota en el bolsillo del pantalón: "Llámame cuando quieras". Nos volvimos a ver muchas veces, pero nunca mencionó el tema. Y yo me sigo muriendo de la risa cada vez que nos vemos y me acuerdo de la nota. Y él aún se pone rojo y mira para el suelo. Tú sí que eres un valiente!!

Luego está el que no para de mandarte mensajitos, ahora un sms, ahora un mail... Mientras tú sigues el juego con sus reglas, todos jugamos... pero cuando tú dices, "oye mira, que no voy a pagarle más dinero a movistar, mejor quedamos en tu casa, y jugamos a un juego muy divertido que yo me sé..." Uy, entonces a ése le entra el pánico escénico y ese par.. ese par... se va haciendo pequeñito, algo chiquitito. Lo bueno de este es que por lo menos entiende que tiene dejar de jugar con fuego y nunca más volverá a hacerlo. Uno menos, amigas.

También hay otro que parece no asustarse, que sigue tu ritmo, que le va el rollo.. Este ya es otro nivel. Porque tú estás ahí, él también está, parece que las reglas están claras, quedáis para echar un polvo de vez en cuando.. Todo bien, vamos. Hasta que un día tú dices: "Oye, que un polvo al mes está muy bien, pero si fuera uno cada dos semanas yo tendría el cutis mucho mejor". La has cagado amiga. Porque este se ve ya en la iglesia, con cuatro críos en casa, y sin vacaciones de por vida. Y éste sí que se acojona, pero de una manera.... A mí me da pena y todo esa cara que se le pone.

Y yo me río, me río mucho. Pero también me cabreo mucho. Joder, atontado, ¿¿tanto te cuesta entender que a mí me gusta tanto follar como a ti??? ¿Tan raro es?? Si a mí me han dicho que va muy bien para la piel, para los músculos, para el estado de ánimo...

Pues no, amigas, no lo entienden. No les entra en la cabeza que hay tías en el mundo que pueden llegar a pensar como ellos y también necesitamos alegrarnos el cuerpo sin necesidad de querer casarnos después de. No.

Pues sabéis lo que os digo? Que mientras ellos se lo pierden, yo seguiré echándoles UN PAR... de polvos, si se dejan!